El Rey Don Juan Carlos presidió la tradicional corrida del Corpus
A las seis y media en punto de la tarde del 22 de mayo, fiesta del Corpus Christi en Sevilla, apareció en el palco real de la Maestranza de Sevilla el rey don Juan Carlos y la Infante Elena. El monarca, acompañado de su hija, presidió este festejo taurino, después de presidir la inauguración de la estatua ecuestre en homenaje a su madre, la Condesa de Barcelona. Esta corrida fue también dedica a doña María de las Mercedes. La corrida se había adelantado media hora por la incorporación del rejoneador Diego Ventura al cartel, en el que figuraba los matadores Curro Díaz, Salvador Vega y Oliva Soto, que tomaba la alternativa. Los toros eran de Fermín Borhórquez el de rejones y de Gerardo Ortega los seis restantes. La plaza de toros de Sevilla registró un lleno completo, como en los días de Feria.
El rejoneador Diego Ventura fue el triunfador de la jornada taurina, cortando dos orejas al primer toro de la corrida del Corpus. El jinete portugués hizo vibrar a los tendidos con una completísima faena y la exhibición con sus caballos. Mató con excesivo dramatismo y logró dos orejas, aunque el presidente fue demasiado dadivoso con los trofeos.
Oliva Soto, que tomaba la alternativa, dio una vuelta al ruedo tras matar valientemente al que cerró plaza. Realizó una buena faena que alcanzó el clima perfecto en los tenidos. Sonó la música y el público aplaudió buena parte de su actuación. El de Camas desarrolló buenas tandas de naturales. Aunque tuvo que descabellar tras una estocada cambiada, se atrevió, con el beneplácito de un público satisfecho, a dar una vuelta al ruedo. Oliva Soto, en el primero, no tuvo tan buena fortuna al concluir una faena meritoria, pero que no terminó de forma óptima. El toro no respondió, fue de más a menos, y escucho una ovación.
Curro Díaz, que cedió su puesto a Oliva Soto en la alternativa, estuvo bastante deslucido en sus dos toros. A pesar del esfuerzo del de Linares, las reses no eran muy aptas para un toreo que levantara pasiones. Los toros del lote de Curro Díaz no tuvieron buena embestida y el matador tuvo que aligerar las faenas. En su primera actuación hubo silencio, para escuchar palmas en su segundo.
Salvador Vega dejó muestras de su buena calidad torera, pero a pesar de sus buenos intentos, los toros de su lote no acompañaron a los deseos del malagueño. Hubo momentos en los que hizo un toreo templado y artístico, pero los morlacos fueron bajando su casta y fuerza en los momentos finales. En su primero escuchó ovación, tras aviso, y en el segundo logró levantar una ovación, con un toro noble al que supo aprovechar para mostrarse asentado, templado y artista.
Los tres matadores y el rejoneador brindaron sus faenas al Rey Don Juan Carlos, que desde el palco de la real Maestranza demostró su habilidad para devolver las monteras, ya que todas las lanzó al ruedo desde su sitio en el palco maestrante. La Banda de Música del Maestro Tejera interpretó el himno nacional en honor del monarca español, tanto a su llegada a la plaza como al finalizar el festejo. El público tributó a Don Juan Carlos una cálida acogida.