Tercera de Feria con farolillos y décimo quinto festejo del abono de la Real Maestranza : El presidente sólo mostró un pañuelo blanco al francés Sebastián Castella
El primer toro de la tarde de Juan Pedro Domecq se llamaba "Amargado". Bueno, pues así, totalmente amargado, estuvo el público que acudió y llenó nuevamente la Real Maestranza para ver sobre el albero a Finito de Córdoba, Sebastián Castella y José Marí Manzanares.
Los toritos sin fuerza y sin apenas raza ni casta de Juan Pedro deslucieron totalmente este nuevo festejo en el Coso del Baratillo, que tuvo un enorme poder de convocatoria.
Finito quiso darle coba al "Amargado" y convertirlo en un animal más dulce. Juan Serrano tenía ganas y poder. Peleó con arte frente a una res que le faltaba poder para mantener un ritmo adecuado en la lidia. Hasta sonó la música de Tejera. La banda arrancó por Manolete, pero "Amargado" no se alegraba ni con las notas del pasodoble ni con los acertados vuelos de la muleta de Finito. El laborioso trabajo del matador se vino abajo por la mansedumbre del juanpedro. Finito mató como pudo para no alargar el aburrimiento.
Luego salió "Copito". El toro miraba más al público que está en el burladero que a los que se juegan la vida en la arena. "Copito", dale al botoncito de la casta del juanpedro. Pero el toro no se transformó. Se aburrió el francés ante un animal soso, distraído e impracticable para la lidia. Lo más pronto que pudo, el gabacho puso fin al petardo.
Para Manzanares, otro petardo de Juan Pedro Domecq. "Voluble" tampoco cambió el triste panorama de la luminosa tarde. Era como sus anteriores hermanos y el joven matador alicantino bien hizo en acertar con la espada.
Empezó la siguiente ronda, con otras oportunidades para la terna. Pero ya el público se había impacientado y pedía otros toros para compensar el gasto hecho. Pero seguía el mismo triste teatro de la farsa. Finito tuvo menos ocasiones con el "Desgreñado" que le tocó en suerte. El negro mulato, ni para las famosas mamachichos. Menos mal que el de Sabadell no quiso hacer sufrir más a la concurrencia y tomó la espada para acabar cuanto antes con este mal asunto.
Llegó el quinto de Juan Pedro. Era el turno de Sebastián Castella y se enfrentaba a otro negro mulato llamado "Viscoso". El público esperaba que el francés acabara de una vez con el tedio. El animal parecía algo más boyante, pero tampoco fue un caramelo. Con ciertos altibajos en las primeras suertes, el francés cogió la muleta para salvar la aciaga tarde de toros. Pero "Viscoso" se pegó a las tablas del 2 y estaba más pendiente de la barrera que de las llamadas de Castella, situado en el centro de la plaza. Cuando el animal se dio cuenta de su papel, se embebió los aires de la muleta del francés.
Al menos, Castella estuvo valiente, cerca, muy cerca de los pitones del juanpedro y en un terreno de peligro. La gente, aburrida, al menos despertó y agradeció al torero sus ganas y sus riesgos. No alcanzó Castella la cima, pero su lidia fue aseada y sacó cuanto pudo a un toro que tampoco quería prestarse mucho al lucimiento. Mató bien y los espectadores pidieron dos orejas. Pero esta vez Pulido, el presidente de las dobles telas blancas, mostró tímidamente un solo pañuelo.
Cerró Manzanares la mala tarde. Parecía que "Diceclaro", un colorao con 545 kilos, iba a proporcionar al alicantino otra ocasión de ofrecer los dulces naturales que se quedaron grabados en las retinas durante su último triunfo en la Real Maestranza.
Lo intento el joven matador. Pero el animal no se prestó a la sana ambición de Manzanares. Dos veces entró a matar el alicantino para liquidar a "Diceclaro". Nada claro.
Habrá otra oportunidad en la corrida de hoy. Con toros de El Ventorrillo saldrán a la plaza sevillana César Jiménez, Matías Tejela y Miguel Ángel Perera. ¡Que Dios reparta suerte!
Fernando Gelán