7ª de Abono en la Real Maestranza : Algunos Palhas parecían de pega
7º de Abono en la Plaza de Toros de Sevilla. Tres toreros para seis toros de la ganadería portuguesa de Palha. Una terna formada por Luís Miguel Encabo, López Chaves e Iván García. Después de lo visto y no visto, deseando estamos todos los aficionados de que comience la marcha verde. Lo que escribo no tiene nada que ver con la parte de más allá del Estrecho. Sólo hago referencia a que el Real de la Feria 2007 se está llenando de verde Betis, porque el universal festejo sevillano se suma a los emotivos actos del centenario del club de Heliópolis. Este mediodía se puso la bandera de los cien años del club de la Palmera y a partir de mañana, con Liria, El Cid, Salvador Cortés y los toros de Victorino Martín puede cambiar la suerte de los espectadores, de los sufridores de estos últimos días. ¡Basta ya!.
Tres para cual. Hasta hubo número con banderillas a cargo de Encabo y de García. Por aquí te quiero ver, que yo se las pongo por el otro lado y tú por aquél. En el que abrió plaza, Encabo puso dos pares y el otrro madrileño uno. En el tercero en plaza, Ivan García y Encabo se repartieron los pares y la música de la Banda del Maestro Tejera. La gente paciente agradece que no sean siempre los de plata quienes utilicen los rehiletes. Aunque algunos de los maestros especialistas de esta corrida fueron muchas veces por uvas en el encuentro con la res, se aceptó de buen grado el baile sobre la arena de los dos espadas.
Ya más en serio, los toros de Palha parecieron de pega. Al menos, tres de los seis. El trío último no tenía la pinta de formar parte de la divisa premiada hace un año por la Fundación Cruzcampo.
Agradaron por su buena presencia y su estimable raza los tres primeros toros. Incluso hubo aplausos para Formosito, un astado negro negrísimo, que se arrancó desde los medios hasta el caballo, sorprendiendo gratamente al respetable cuando el del castoreño se marcó un puyazo de lujo.
Luís Miguel Encabo no encontró momentos adecuados para sacar provecho de su voluntad. El segundo de su lote machacó al chaval. El madrileño no halló compensación a su tremendo esfuerzo por agradar. Si en el que abrió plaza, con la gente con ganas, Encabo pudo saludar desde el tercio; en su segundo, con lo mal que estuvo con la espada, comprobó el otro silencio en blanco de la Real Maestranza. Durante la lidia de este toro hubo espectadores que bostezaron. Sólo faltó la voz de mi amigo Somoza, no la de Araujo que es una replica, diciendo a Campitos de Quitasol. "!Malasaña, baja las pestañas!. Los ojos de muchos aficionados y aficionadas se cerraban de la soñarrera que producía el aburrido festejo.
López Chaves animó algo el cotarro. En el primero, con un Palha-Palha, se ajustó bien, hizo buena faena por la derecha, se envalentonó y su animoso son emocionó al público. Era este Chaves un jabato. Un torero de raza por la derecha y por la izquierda, coronando lances por alto con bastante maestría. Peleó el charro bravamente. Cuando apunto al cerviguillo sonó un aviso de la presidencia. Sin embargo, el estoque, aunque hizo un efecto tardío, acabó con Formosito. El tendido solicitó la oreja y el mandamás del palco la negó. El salmantino corrió el ruedo en señal de victoria entre los aplausos del respetable. Tras la vuelta triunfal del matador, el tendido abroncó al dirigente de la plaza.
En su segundo, López Chaves lo intento por activa y por pasiva. Pero lo que era imposible, resultaba irrealizable. Se empeñó el charro en luchar a la desesperada y estiró excesivamente la faena de muleta. La gente quiso animar al torero, pero la res se fue despegando de la pelea. Tres volapiés fueron necesarios para que López Chaves se pudiera cargar a este palo de Palha. El joven matador saludó desde los medios. Un ajustado premio a su buena voluntad.
Iban y fueron los dos madrileños por banderillas en el primero de Ivan García. Ya escribo más arriba lo de este numerito de rehiletes a dobles carreteritas. Ivan García no fue capaz ni capataz de entonarse con el negro Negroso. Aquello era como Mentiras arriesgadas. El toro caminaba por el albero sin parar: El de Palha dio la vuelta al ruedo que no podría haber realizado jamás el torero con esta res. Ivan no pudo controlar al animal. Cuando tomó la espada recibió un aviso. Ivan liquidó a duras penas este mal trance. El público, mudo como Belinda.. .
Cuando acababa de terminar la faena López Chaves y el público esperaba la lidia del último toro a cargo de Ivan García, la Banda de Tejera se arrancó con Nerva. El pasodoble estaba generando buenos efectos contra el aburrimiento, pero cuando el grupo musical llegó a ese sólo donde la melodía alcanza su máxima audiencia, el presidente sacó el pañuelo para reanudar la lidia, rompiendo así el armonioso sonido. Una nueva bronca al presidente. Por lo visto, a Gabriel Fernández le gusta más el rock de la cárcel que la música tradicional. Más tarde, cuando Ivan cogió las banderillas, la Banda se sacó la espinita y torero y grupo musical estiraron el pasodoble para satisfacción general. El madrileño puso un tercer par muy efectivo y artístico. También se picaron los clarineros del miedo. Al anunciar éstos, por orden del presidente, el último cambio de suerte para Ivan García, agudizaron y enriquecieron los sonidos de los metales. Dieron su pellizco. La guasa sevillana en torería pura.
Pero Ivan, ni iba ni venía. Toro peligroso e incómodo. Otro Palha de pega y de cartón piedra para la chimenea. Aquello acabó como el rosario de la aurora. El público está ya pensando en todo lo que viene. Ahí está nuestra esperanza.
Fernando Gelán