Feria de San Miguel: En la segunda corrida,una oreja para Perera y vuelta al ruedo para Díaz, ante descastados toros de Alcurrucen
No se pudo sacar petróleo. Los toros de Alcurrucen, bien presentados, carecieron de casta y de raza. Además, algunos de los morlacos, fueron peligrosos y más de uno buscaron el cuerpo del torero para hacer una sangría.
Hubo una buena entrada en esta segunda corrida del miniciclo de la Feria de San Miguel, cuyo programa de abono sufrió muchas bajas en los carteles. Pese a todo, la Empresa Pagés buscó buenos sustitutos para que los carteles fueran atractivos para los aficionados. El ganado ya es otro cantar. Es una lotería. Un Alcurrucen fue indultado, por su casta, su bravura y su raza, en Torrijos. En Sevilla, desde "Laborioso" -hace ya casi medio siglo--, todos los toros han ido a la carnicería.
Gustó Curro Díaz. Ante el castaño "Risueño" hizo todo lo que el toro le permitió. Se vino abajo el morlaco y el de Linares logró dar algunos lances artísticos y, sobre todo, exhibió finos detalles, aunque la gente siempre exige más. Pero "Risueño" era mucho más serio de lo debido. Curro Díaz escuchó aplausos tras matar de dos intentos.
En su segundo, el negro mulato "Barbudo", Curro Díaz fue además valiente y animoso. Se entregó el chaval con todas las de la ley y estuvo siempre por encima de un toro complicado, falto de raza y de casta. Sin embargo, el jienense fue a más, apretando, sacando pases buenos y efectivos y una lucha que fue premiada por la vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Perera se la jugó en los dos toros que le tocó en suerte. En el primero, "Codicioso" -negro mulato--, siempre presentó peligro. Pero el de Badajoz lo manejó con entrega, valor y arte. Siempre dominando la situación. Arriesgando, arrimándose, colocándose en el sitio donde rozan los cuerdos del morlaco. Sonó la música, que acompañó la dura faena entre el torero y el toro de Alcurrucen. Se pidió la oreja tímidamente, pero el público insistió cuando comprobó que el presidente se hacía un poco el remolón. Perera mostró su trofeo en una triunfal vuelta al ruedo.
En su segundo, otro negro mulato de nombre "Escribano"· la pelea sobre el albero fue más desigual. No por culpa del matador, que se entregó en todos los terrenos, con arrimones peligrosos para el espada. La res no transmitía, era un manso. Un animal de piedra. Perera fue valiente y decidido, pero "Escribano"· se echó atrás y buscó la retaguardia. El final no fue bueno. Hubo un recado y reducidos aplausos para premiar la voluntad y el valor.
Salvador Cortés tendrá que esperar hasta el 12 de octubre para poner la Maestranza boca abajo. El sevillano no pudo hacer nada. Apenas unos detalles, unos tarritos de esencia, un querer y no poder. Poca cosa para todo cuanto se esperaba. Además, el torero había dicho que quería dejar boquiabiertos a todos los tendidos para la convocatoria del día de la corrida de la Cruz Roja. "Zambombo", un tostao chorreao, no sonó y "Guitarra", un toro castaño, tampoco tocó, Aquí, los "instrumentos" con cuatro patas no chirriaron. Menos mal que la Banda del Maestro Tejera nos deleitó este día con la interpretación del pasodoble "Suspiros de España". Premio para Tristán hijo. También lucieron los banderilleros, los de plata. Sobre todo, Curro Robles. La plaza le dedicó una ovación de gala.
La Feria de San Miguel, y esto es bueno, sigue. La Feria taurina que prepara la Empresa Pagés en este final de septiembre mueve montañas. Hubo orejas, buenos detalles, toreros valientes y ambiente profundo de toros. Y esto es bueno.
Fernando Gelán